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Las palabras de Irati Iturritza Errea y las fotografías de Erik Rodríguez Fernández quieren contar algo: pero ese algo pasa por significar, resignificar y estudiar el significado de lo también dicho. Tampoco era esto lo que quería decir nace de una amistad, de la lectura y de la relectura, de la voluntad de que el trabajo de una dialogue con el trabajo de otro, y desde ahí se adentra en el juego; en el afecto y sus posibles maneras de medirse —o de no hacerlo—, en el afecto y sus aproximaciones. En estos poemas —y en el blanco y negro de estas fotografías— conviven el asombro y la conciencia, el miedo y el silencio, el lenguaje y la poesía como terreno impreciso: la búsqueda de nuevas formas de nombrar. El cuerpo incendiado de un niño, una sonrisa que se difumina... ¿Es esto lo que queremos decir?
 
Irati Iturritza Errea (Pamplona, 1997) se graduó en Lenguas Modernas, especializándose en Estudios Ingleses y Estudios Literarios. Publicó el poemario Brazos cortos (La Bella Varsovia, 2017). Coordinó Los muchachos ebrios, antología de poesía jovencísima transoceánica publicada por La Tribu. Ha participado en proyectos como la exposición de poesía ilustrada Contraespacios/Kontraespazioak; las antologías Orillas, Ultravioleta, Anónimos 2.3, DiVERSOS, Piel fina, Poesía femenina actual de Navarra en castellano y A: mujer, lenguaje y poesía; la colección de relatos Itzulerak: barne bidaiak; o el fanzine El ñu circense. Es escorpio. Escribe, lee, traduce y se queja en Twitter.
 
Erik Rodríguez Fernández (Pamplona, 1996) estudió Cine y Medios Audiovisuales con mención en Dirección de Arte. Pese a que actualmente lo que le paga las facturas es el trabajo en el Departamento de Arte, es un habitual de la dirección y la fotografía. En 2020 rodó Larrua jo, su primer cortometraje fuera de la escuela. Ha trabajado en numerosas ocasiones como director de arte con el director marika trash Marc Ferrer, y no es difícil encontrárselo con la cámara al cuello haciendo fotos a aleatorios en San Fermín. Las palabras no mucho, las imágenes un poco más.
 
76 páginas.
A la venta el 1 de marzo de 2021.
10 €
ISBN: 978-84-121693-0-0.
IBIC: DCF.
Un agradable sabor a menta
vuelve la mirada hacia la historia familiar —la familia que viene impuesta, pero también la que se elige—, la tradición, el riesgo, la revisión de las propias derrotas, la ironía. En estos poemas Diego Román Martínez habla un idioma cálido y mordaz al mismo tiempo, y engrandece los detalles pequeños sobre los que su atención se detiene, envolviéndolos en una música oscura. Aquí y ahora la vida es pequeña y frágil, la rutina nos encierra, «lo bello se amanceba con lo extraño».
 
Diego Román Martínez nació en Madrid en 1982, aunque reside en Bilbao. Se licenció en Filología Clásica por la Universidad de Valladolid, fue becario del Instituto Árni Magnússon de Estudios Islandeses en Reikiavik y actualmente ultima su tesis doctoral en lingüística y estilística griegas por la Universidad Complutense de Madrid, donde fue investigador FPI. Es profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Bernardino de Escalante de Laredo (Cantabria). Un agradable sabor a menta es su segundo poemario.
 
Ilustración de cubierta de Kira Diez Intxaustegi.
52 páginas.
A la venta el 15 de febrero de 2021.
9 €
ISBN: 978-84-120904-9-9.
IBIC: DCF.