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Una necesidad de clarificar el mundo, de volverlo más lúcido y sincero, mueve los versos de Vicenta Maturana (1793-1859), que presentamos en esta antología. Como si una sola voz no le bastase a su propósito, la autora cultivó numerosas formas poéticas y en cada una dijo con un tono y con distinto rigor, desde la ligereza del amor juvenil hasta el dolor del olvido, desde la indagación descarnada de la propia miseria hasta la crueldad burlona de la sátira. Con una capacidad admirable para pasar de lo leve a lo grave, y de las cosas pequeñas a las grandes cuestiones, Vicenta Maturana aunó en su obra el orden ilustrado y la emoción romántica, conformando una visión sobre el saber, el sentido de la vida y el rol de las mujeres capaz aún hoy de interpelarnos y despertarnos.

Vicenta Maturana nació en Cádiz en 1793. Recibió una formación que, tratándose de una mujer de su época, destaca por su completitud. Fue camarista de las reinas María Isabel de Braganza y María Josefa Amalia de Sajonia entre 1816 y 1820. Su marido y su hijo se unieron al bando carlista durante la guerra de 1833, y ella debió exliarse en Francia con sus hijas. En 1847 se estableció definitivamente en Alcalá de Henares (Madrid), donde murió en 1859. El volumen Ensayos poéticos reunió, en 1828, los poemas que Vicenta Maturana había publicado en Diario Mercantil y Correo Literario y Mercantil. Fue también autora de novelas —Teodoro o el Huérfano agradecido, en 1825, y Sofía y Enrique, en 1829— y de traducciones del francés.

Collage de cubierta de Francisca Pageo.
60 páginas.
A la venta el 4 de marzo de 2019.
4,90 €
ISBN: 978-84-948412-1-7.
IBIC: DCF.
Hay algo prodigioso en la poesía de Concepción de Estevarena (1854-1876): brillantes por su altura poética, sus versos nacen de la vocación inquebrantable de su autora frente a la prohibición expresa de su padre. Ante la adversidad, la escritura se le revela paradójicamente como un terreno seguro, donde la reflexión sobre el hecho poético es necesaria para encontrar la paz y para tomar impulso. Su equilibrio entre lo meditado y lo inevitable, su posicionamiento neutro en los poemas de temática amorosa, su capacidad para sintetizar y reelaborar la estética del Romanticismo tardío y su extraordinaria calidad hacen de ella un ejemplo raro y muy valioso, que celebramos con esta antología.

Concepción de Estevarena nació en Sevilla en 1854. La oposición radical de su padre a su vocación poética le obligó a ocultar su actividad literaria. Su respiro creativo lo encontró en la familia Velilla, con quienes cultivó una gran amistad. Tras la muerte de su padre en 1875, Estevarena se vio forzada a vender su casa para pagar  deudas y tuvo que marchar a Jaca con un pariente que la acogió. Allí murió un año más tarde, víctima de una tuberculosis contraída en el viaje desde Sevilla. El acta de su fallecimiento decía: «muere soltera de veintidós años dedicada a ocupaciones domésticas sin testar». La familia Velilla reunió los poemas de Concepción de Estevarena en Últimas flores (1877), de publicación póstuma.

Collage de cubierta de Francisca Pageo.
60 páginas.
A la venta el 4 de marzo de 2019.
4,90 €
ISBN: 978-84-948412-0-0.
IBIC: DCF.