La poesía de Antonia Pozzi es como el agua que fluye sin esfuerzo, pero es también un lago quieto y profundo; un espejo inmaculado, en el que las estrellas bajan a reflejarse y a encender la conciencia. Y es quizá el sendero que avanza, silencioso y lleno de aromas, junto a las flores y bajo los árboles: el sendero sin destino, porque el camino es el símbolo. En Inicio de la muerte se recogen cincuenta de los mejores poemas de Antonia Pozzi, escritos entre 1929 y 1938. Evocadoramente nítidos aparecen en ellos los paisajes con los que se funde la personalidad de la poeta, y con los que dialoga en su introspectiva búsqueda del sentido de la vida y del sentido —o la aceptación— de la tristeza. Y sobre todo los atraviesa el amor: un amor inmenso, punzante, capaz de transformarlo todo y de aunar la fugacidad de los momentos felices y el deseo de eternidad; un amor que con sorprendente templanza acerca la vida y la muerte.
Antonia Pozzi (Milán, 1912-1938) es una de las voces imprescindibles de la poesía italiana. Nacida en el seno de una familia de clase alta, realizó grandes viajes por Europa y recibió una amplia formación cultural. En 1927 conoció a Antonio Maria Cervi, su profesor de latín y griego en el Liceo Manzoni. Se enamoró de él y en 1929 —año en el que ella escribe sus primeros poemas— comenzaron una apasionada relación. La oposición de sus padres a este noviazgo fue radical; en 1933 se vieron obligados a separarse, a pesar de sus planes de matrimonio. Su biografía quedó marcada para siempre por esta relación y su final, así como por su deseo frustrado de convertirse en madre. En 1930, Pozzi comenzó sus estudios en la Universidad de Milán, donde trabó amistad con el círculo de estudiantes reunido en torno al filósofo Antonio Banfi, bajo cuya dirección realizó una tesis doctoral sobre Gustave Flaubert. En 1937 comenzó a trabajar como profesora en el Instituto Schiaparelli a la vez que se enamoró —sin ser correspondida— de su amigo Dino Formaggio, un joven con un fuerte compromiso social; el vínculo con Formaggio le reveló la realidad de la pobreza en Milán. El 1 de diciembre de 1938 escribió una carta de despedida a sus padres, incluyendo una cariñosa mención para su abuela. Al día siguiente tomó una sobredosis de barbitúricos cerca de la abadía de Chiaravalle. Fue enterrada en Pasturo, donde se encontraba la villa de su familia, su lugar más querido y el paisaje de tantos de sus poemas. Antonia Pozzi no publicó su obra en vida. Su padre reunió —y mutiló— sus poemas. A partir de los años cuarenta, Eugenio Montale situó la poesía de Pozzi en el lugar destacado que merece dentro de la historia de la literatura. En España se han publicado diversas traducciones, destacando El alma desnuda (edición y traducción de Herme G. Donis; Impronta, 2015).
María Martínez Bautista nació en Madrid en 1990. Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad Complutense. Ha publicado los poemarios Primera noche en las ciudades nuevas (Colección Monosabio, Ayuntamiento de Málaga, 2012) y Galgos (La Bella Varsovia, 2018), que obtuvo el II Premio “Javier Morote”, con el que el proyecto Los libreros recomiendan (CEGAL) distingue al mejor libro publicado durante el año anterior por un autor o autora joven. Ha traducido al castellano la poesía de Gaia Ginevra Giorgi (Maniobras secretas; La Bella Varsovia, 2018). Sus poemas han aparecido en revistas y antologías como Tenían veinte años y estaban locos (edición de Luna Miguel; La Bella Varsovia, 2011). Trabaja como editora.
María Martínez Bautista nació en Madrid en 1990. Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad Complutense. Ha publicado los poemarios Primera noche en las ciudades nuevas (Colección Monosabio, Ayuntamiento de Málaga, 2012) y Galgos (La Bella Varsovia, 2018), que obtuvo el II Premio “Javier Morote”, con el que el proyecto Los libreros recomiendan (CEGAL) distingue al mejor libro publicado durante el año anterior por un autor o autora joven. Ha traducido al castellano la poesía de Gaia Ginevra Giorgi (Maniobras secretas; La Bella Varsovia, 2018). Sus poemas han aparecido en revistas y antologías como Tenían veinte años y estaban locos (edición de Luna Miguel; La Bella Varsovia, 2011). Trabaja como editora.
Edición y traducción de María Martínez Bautista.
Composición floral de Elisabeth Blumen y fotografía de Carlos Rejas.
152 páginas.
A la venta el 17 de junio de 2019.
12,90 €
ISBN: 978-84-948412-9-3.